INTRODUCCIÓN

La introducción de las Tecnologías de la Información y la Comunicación en las aulas de educación primaria  y secundaria en nuestro país supone un nuevo reto para toda la comunidad educativa y, especialmente, para el profesorado. Sin duda, el uso de herramientas innovadoras en las aulas debe ir acompañada de una reflexión pedagógica y didáctica. En este sentido, cabe subrayar que introducir nuevas herramientas en los centros escolares no es sinónimo de una mejora en los aprendizajes de los alumnos si éstas no van de la mano de nuevas metodologías educativas. Las TIC abren puertas a maneras diferentes de trabajar en el aula, sobre todo enmarcadas en una perspectiva constructivista del aprendizaje, en que el alumnado se convierte en el actor principal de su aprendizaje y el profesorado en guía y soporte imprescindible de los alumnos. El docente debe llegar a ser un guía, un facilitador y un acompañante en todo el proceso de enseñanza y aprendizaje, proporcionando a los alumnos los recursos necesarios para el desarrollo de habilidades comunicativas, de búsqueda y de tratamiento de la información, de pautas para el trabajo colaborativo, etc. En este contexto, el profesorado debe desplegar nuevas habilidades y maneras de plantear las estrategias educativas